En 2006, cuando tenía 20 años, fui diagnosticada con linfoma de Hodgkin. Antes de recibir tratamiento médico en mi ciudad natal de Vancouver, mi familia y yo decidimos explorar la opción de fitoterapia en IPIFA en Chaclacayo. Nuestro tiempo en IPIFA fue milagroso en todos los sentidos. El tratamiento que recibí incluyó una combinación de medicina convencional y holística, lo cual tuvo resultados sorprendentes. Al regresar a Vancouver, tuve una segunda tomografía computarizada, que mostró que mis tumores habían disminuido en un 50%. Recibí una cuarta parte de la quimioterapia que originalmente se suponía que debía recibir y no experimenté los efectos secundarios comunes de la quimioterapia. Mi análisis de sangre estaba estable durante la quimioterapia, lo cual sorprendió a mi oncólogo. Pasé por estos tratamientos de manera completamente diferente a los pacientes con cáncer con los que me encontré en mi camino. Actualmente, trabajo como nutricionista oncológica y recomiendo la fitoterapia del IPIFA para cada uno de mis pacientes.